
Una no puede amarrarse al pasado mientras se transforma. No podemos dar un paso atrás en busca de “esa” seguridad que un día nos empujó… porque ya somos otra y las situaciones se suceden a razón de algo más de lo que creemos somos capaces de controlar.
En ese momento podemos quedar bloqueadas, pensando, intentando comprender que hicimos mal (para eso nos educaron), podemos dar de bruces en un intento desesperado de reconstruir aquello que hubo hasta entender que nada puede ser lo ya fue, o bien podemos encajar los cambios con suavidad y ternura.
Echar de menos y doler forma parte en la comprensión de lo mucho que se ha amado, sin herirse y en la medida justa para quedar abiertas a lo desconocido, aquello que ya esta llegando.
Sonreír en la apertura hacia nuevas etapas forma parte de las Bendiciones que nos brindamos.